La Invasión migratoria, parte 1:
Un Diagnóstico Aterrador

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Spanish translation here [2]

Desde el principio del verano de 2015, Europa ha sido atormentada por diversas olas sin precedentes y constantemente crecientes de inmigración ilegal, que se agregan a las ya recibidas en décadas recientes. Esta migración parece una invasión y simplemente pone en peligro nuestra civilización, entre la inconsciencia y la complicidad de las pseudoelites políticas y de los medios de comunicación, que son anti-democráticos y que están completamente aislados de los intereses y las opiniones de los pueblos europeos. Esta es la primera parte de un análisis de tres partes. (La segunda parte de este artículo será llamado “La Capitulación Suicida de Europa” y la tercera “Un remedio importante”)

Las Causas de la Inundación

La ola de “migrantes” (eufemismo para no llamarlos “ilegales”), que pasa a través de las puertas abiertas de una Europa bajo líderes inútiles e incompetentes, proviene esencialmente del Medio Oriente (Iraq y Siria) a través de Turquía (un cómplice), y entra por Grecia y los Balcanes. Segunda puerta de entrada: el Mediterráneo, principalmente desde una Libia ahogada en caos. Una parte del flujo invasivo está compuesto por refugiados de Siria e Iraq que huyen de la barbarie del Estado Islámico (ISIS) o bien por otros que huyen de otras guerras tribales y religiosas en Somalia u otras partes; pero, apuesto que, estos últimos son la minoría. Efectivamente, sacando ventaja de esta oportunidad y entrando precipitadamente por la brecha, hay legiones de clandestinos, a menudo falsos refugiados solicitantes de un asilo fraudulento, los cuales por motivos económicos desean instalarse en Europa. Ellos provienen del África negra, del Magreb y de Medio Oriente, atraídos por tres elementos:

  1. La permeabilidad del área Schengen y la ausencia de protección de “fronteras comunes”; la Unión Europea es el único espacio político en el mundo desprovisto de fronteras protegidas; cada día los marinos europeos prestan ayuda a la gente que llega en botes en lugar de repelerlos (ideología humanitaria), lo que actúa como una bomba de succión. Ellos son una ayuda para la invasión y ya no una protección contra ella. Algo jamás antes visto en la Historia: las fuerzas armadas ayudando al invasor. De locos.
  1. Segunda bomba de succión: las subvenciones, la asistencia social, y las ventajas múltiples que obtienen los inmigrantes ilegales tras su arribo a diversos países europeos, incluida Francia. ¡A costa de los autóctonos, donde los más empobrecidos no consiguen estos privilegios! Preferencia para los extranjeros… Esto es parasitismo y extorción a la caridad por parte de poblaciones incapaces de hacerse cargo de sus propios países.
  1. Tercera bomba de succión: los intrusos saben perfectamente que son prácticamente inexpulsables y que las autoridades (más una parte de la opinión pública y los medios de comunicación) están carcomidos por la mala conciencia, la culpa y la parálisis provocada por la compasión. Los invasores estiman que nunca nos atreveremos a expulsarlos por la fuerza. De aquí, como se ha visto en Calais y en otras partes y recientemente en los disturbios en los Balcanes, que ellos exhiban una increíble impudicia y audacia que no se detiene en la violencia. Los “migrantes”, animados por una sensación de impunidad, se atribuyen todos los derechos, incluso el derecho a invadirnos “desde abajo”.

La sensible debilidad de los dirigentes europeos, su delirante dedicación a los “derechos humanos” y su dogmático y xenófilo “anti-racismo” excitan la agresividad de los “migrantes” que entran por la fuerza. Los hemos persuadido de que tienen un derecho inalienable a “refugiarse” en nuestras casas, a instalarse en ellas y tomarlas. ¡Ellos obviamente ni siquiera se atreven a discutir con Israel, Rusia, Australia o Estados Unidos!

Midiendo la Extensión de la Invasión

Las cifras son impresionantes. Ya Francia recibe cada año 200.000 inmigrantes legales. De este modo son dos millones desde 2005, que se han quedado y reproducido. Añadido a esto están los inmigrantes ilegales inexpulsables y mal contabilizados, y ahora las olas de nuevos “migrantes”.

Sólo en Grecia 230.000 inmigrantes ilegales han entrado a la fuerza a través del Mar Egeo de enero a julio, contra 17.500 para el mismo período en 2014. Ellos se dispersaron por Europa del Norte y Occidental. A Italia, desde enero de 2015, han llegado 115.000 inmigrantes ilegales. En total, más de 300.000 personas de los botes han cruzado el Mediterráneo desde entonces, y cargados en las parrillas.

Ha habido una explosión de solicitudes de asilo de enero a junio de 2015 en la Unión Europea (sin contar las solicitudes anteriores todavía no investigadas): 417.000 solicitantes ya entrados a la fuerza (por vía terrestre o marítima), de los cuales 172.000 en Alemania y más de 32.000 en Francia. Ellos se añaden a los 65.000 solicitantes de asilo que Francia registra cada año. En proporción a su población, los países más afectados, además de estos dos últimos, son Suecia, Austria, Bélgica, los Países Bajos y Hungría. Incluso si son rechazados, una ínfima minoría será expulsada. Además, ¡muchos ni siquiera se molestan en solicitar asilo! Ellos no son contabilizados. Esto habla de la magnitud y de la velocidad de la invasión.

¡Sólo de Siria, las solicitudes de asilo desde abril de 2011 ascendieron a 99.000 para Alemania y a 65.000 para la pequeña Suecia! A pesar de los enormes problemas (seguridad, delincuencia, preservación del estilo de vida, costos de la ayuda, etc.) que la inmigración árabe-africana-oriental representa para este país alguna vez tranquilo, sus dirigentes prefieren, por su dogmatismo humanitario, sacrificar la identidad de su pueblo a largo plazo.

En total, Alemania ha permitido tranquilamente entrar a 800.000 “migrantes refugiados” en 2015, además del flujo existente de inmigrantes clandestinos y legales. Se espera un gran aumento en 2016. Francia, de acuerdo a la Asociación Francesa de Jueces de Asilo, en 2016 pasará pronto de 100.000 a 120.000 solicitantes de refugio por año, además de los otros ya llegados, legales e ilegales. Se sabe que esto costará 500 a 600 millones más por año. Según el Tribunal de Cuentas, el asilo ya cuesta 2.000 millones de euros por año a nuestro endeudado país; pero esas personas, refugiados verdaderos y falsos, son una prioridad para la oligarquía y la ideología dominante por sobre los “franceses marginales” que están desposeídos y necesitados. Nuestros primos belgas están en la misma situación, con una oligarquía política y los medios de comunicación que son exactamente similares.

La Ley de los Números

En todos los casos, el desorden endémico del mundo musulmán, que se ha acentuado por las estúpidas y catastróficas intervenciones estadounidense y franco-británica (“para establecer la democracia”) en Iraq y Libia, está en el origen del éxodo. Pero este movimiento sin precedentes de la invasión inmigratoria de Europa, invasión que es musulmana en un 80%, es también parte de una estrategia (organizada, por ejemplo, por ISIS y la Turquía de Erdogan) para conquistar Europa por el islam. La guerra invasiva desde abajo y por medio de la astucia, para el desarme moral.

El 64% de los franceses se niega a albergar esta nueva ola de migración, de los cuales nuestros dirigentes se burlan cínicamente. El argumento humanitario de la gente de los botes que se ha ahogado en el mar, para llenarnos de culpa y forzarnos a recibirlos, les parece a muchos como una aberrante hipocresía, porque si ellos hubieran sido disuadidos de inmigrar, persuadidos a desembarcar, y si sus contrabandistas hubieran sido castigados, no habría ni ahogados ni muertos en camiones refrigerados o en algún otro sitio. Ellos se habrían quedado en casa.

Este “electroshock de la invasión inmigratoria”, según la fórmula políticamente incorrecta de Ivan Rioufol (Le Figaro, 4 de septiembre de 2015), que habría sido imposible usar sólo hasta hace poco en algún periódico principal, acabará tal vez en una rebelión de los pueblos europeos, o puede ser que no; y esto podría conducir a cuestionar fundamentalmente la arquitectura y funcionamiento de la Unión Europea, aquella descarriada idea, aquel ideal solar que se ha convertido en una utopía lunar.

En cualquier caso, si esta invasión inmigratoria, que comenzó lentamente en los años ’70 y que se ha acelerado vertiginosamente (en una progresión geométrica) desde entonces, continúa durante otros diez años, las naciones europeas del Oeste y del Norte del continente (incluidas Francia y Alemania), con sus decrecientes índices de natalidad, simplemente habrán desaparecido en dos o tres generaciones, al final de este siglo, arrastradas por la implacable la ley demográfica, sumergidas por el número de los alógenos, evacuadas de la Historia.

Actualmente, desde 2011, hay entre uno y dos millones de “inmigrantes” que entran a Europa occidental y del Norte cada año, bajo los títulos más diversos: refugiados, clandestinos ilegales o legales. La mayoría son musulmanes. Ellos se añaden a aquellos ya presentes, y su tasa de reproducción es más del doble que la de los europeos. Un simple cálculo matemático permite predecir el futuro, si no es llevado a cabo una reversión urgente.

Veremos en el próximo artículo como el gobierno alemán de Ángela Merkel está jugando un juego muy estúpido y miope, servilmente seguido por el Sr.Hollande, y como la oligarquía mediática y política europea, nuestra minoría dominante, es cómplice en la invasión y nos echa la culpa.

FUENTE: http://www.gfaye.com/invasion-migratoire-1-leffrayant-diagnostic/ [3]