La crisis de Ucrania

Kiev: partidarios de Svoboda marchan con imagen del partisano ucraniano y aspirante a aliado del Tercer Reich, Stepan Bandera. [1]

Kiev: partidarios de Svoboda marchan con imagen del partisano ucraniano y aspirante a aliado del Tercer Reich, Stepan Bandera.

1,806 words

Traducción por A. Garrido.

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Los nacionalistas blancos creen que el multiculturalismo – i.e., la diversidad racial y étnica dentro del mismo Estado – conduce inevitablemente al conflicto y al derramamiento de sangre. Por lo tanto, la mejor manera para asegurar la paz y armonía es reemplazar el multiculturalismo con etnonacionalismo, que es el principio de que cada pueblo distinto debería tener su propia patria.

La lucha en Ucrania no es, en su raíz, causada por intervención rusa u occidental, ya que éstos no encontrarían ningún apoyo si Ucrania no fuese ya una nación étnicamente dividida.  Ucrania, como Yugoslavia y Checoslovaquia, es un Estado artificial que contiene una serie de distintos grupos nacionales: ucranianos, rusos, tártaros, polacos, búlgaros, húngaros, rumanos/moldavos, armenios, judíos, etc.

Por otra parte, la mayoría ucraniana está dividida entre ucranianos orientales, que tienden a hablar ruso y a ver a Rusia como su aliado natural y socio comercial, y ucranianos occidentales, que tienden a hablar ucraniano y desean mantener su independencia de Rusia. Algunos ucranianos occidentales desean intimar con la OTAN y la Unión Europea. Otros quieren mantener su independencia tanto de Rusia como de Occidente.

La península de Crimea fue parte de Rusia desde cuando fue arrebatada a los turcos hasta que Nikita Khrushchev la anexó a Ucrania en la década de 1950. Crimea contiene una gran población rusa étnica y la base naval rusa del Mar Negro

Incluso en ausencia de intervención externa, la diversidad étnica y lingüística  de Ucrania es receta para el conflicto. Tales conflictos pueden ser mitigados o pospuestos por políticas como el federalismo, descentralización, asimilacionismo, o la concesión de cuasi-autonomías para las minorías inquietas. Tales medidas a medias son tentaciones permanentes, basadas en la esperanza de que se puede sostener sobre el territorio y recursos aplacando, corrompiendo o cooptando a los líderes de los otros grupos étnicos.

Pero el problema de la diversidad étnica o racial sólo puede superarse, de una vez por todas, de dos maneras.

Primero, está el modelo checoslovaco: como los checos y los eslovacos, los diferentes pueblos de Ucrania podrían simplemente “divorciarse” e ir por caminos separados, dividiendo el país entre ellos. Una vez que el país es dividido, la gente sería libre de moverse a su antojo a cualquier nación que prefiera. Crimea y otras partes de la Ucrania oriental podrían, si así lo desean, unirse a Rusia.

Segundo, está el modelo yugoslavo: mediante la guerra civil y la intervención militar, Ucrania podría dividirse según líneas étnicas, aunque a costo de un gran sufrimiento y derramamiento de sangre. En lugar de transferencias de población pacíficas y voluntarias, serían forzados a la limpieza étnica.

Y ya que ni Rusia ni Estados Unidos pueden resistirse a la intromisión en tales conflictos, el escenario se prepararía para un conflicto mucho más amplio, incluso una Tercera Guerra Mundial. La Primera y Segunda Guerra Mundial también comenzaron con pequeñas disputas regionales.

Además, incluso en ausencia de influencia externa, el presidente ucraniano Viktor Yanukovych tuvo que irse.  Yanukovych es un ladrón que saqueó su país y fue esencialmente vendiendo su alineamiento geopolítico al mejor postor para retener su control en el poder. Yanukovych era de Ucrania oriental. Es de ascendencia rusa, polaca y bielorrusa. Su régimen y base de poder ya estaban inclinadas hacia Rusia. Pero lo que decidió la cuestión fue simplemente que Rusia fue el mejor postor. Así, desde un punto de vista etnonacionalista, Yanukovych tuvo que irse, no porque eligió a Rusia por sobre Occidente, sino porque ningún pueblo que se precie a sí mismo puede tolerar que su destino sea vendido al mejor postor solamente para mantener un poco más a un criminal en el ministerio.

No importa si ese régimen criminal fue democráticamente electo. La legitimidad deriva de servir al bien común, no de conseguir la mayoría de los votos en una elección. Por otra parte, no importa si tal régimen es derrocado por la violencia y la ilegalidad, ya que el bien de un pueblo es supremo a la ley, y Yanukovych no dejó otras opciones.

Uno de los rasgos más destacables de la revolución ucraniana es la abierta participación de grupos de Derecha, lo más prominente Sector Derecho y Svoboda (Libertad). Estos grupos están siendo desprestigiados como “neo-nazis” tanto por la Izquierda anti-estadounidense, que siempre está dispuesta a pintar las intervenciones de EEUU con la peor luz posible, y el régimen ruso, incluyendo su apóstol y apologista de Extrema Derecha, Alexander Dugin, cuya credibilidad con los etnonacionalistas debería ser reducida a cero por ahora. Algunos izquierdistas incluso están juzgando el derrocamiento de Yanukovych como la “Revolución Marrón”.

Es una mentira, sin embargo, calificar de “neonazi”, por dos razones. Primero, Sector Derecho y Svoboda sólo fueron parte de una coalición que derrocó a Yanukovych, que también incluyó a centristas, izquierdistas, feministas, defensores de los derechos de los homosexuales, agitadores de minorías étnicas, incluyendo a judíos, tártaros y armenios. Segundo, Sector Derecho parece ser mucho menos que un grupo neo-nazi, mientras que Svoboda es mucho más que uno.

Sector Derecho es un grupo nacionalista radical ucraniano. Emergieron sólo al final del 2013, por lo que sus puntos de vista no están completamente claros, y también hay una gran cantidad de desinformación flotando alrededor. Pero hasta ahora, el nacionalismo de Sector Derecho parece ser de variedad mezquina. Aunque Ucrania y Rusia comparten mucho en común histórica, cultural y genéticamente, Sector Derecho considera a Rusia como su principal enemigo, y, ya que aparentemente carecen de un sentido amplio de identidad blanca, están dispuestos a atraer aliados entre judíos, tártaros, armenios, y chechenios, incluyendo a terroristas chechenios, sólo para ganar puntos contra Rusia. Aparentemente Sector Derecho es también antirracista y filo-semita. En resumen, Sector Derecho está muy por debajo del Nacionalsocialismo. Por supuesto Hitler se alió con japoneses contra Estados Unidos y Reino Unido, pero el espíritu del Nacionalsocialismo post-Segunda Guerra Mundial subraya la identidad pan-europea y recula con horror a las alianzas pragmáticas con no-blancos en contra de sus compañeros blancos, actitudes que parecen ausentes en Sector Derecho.

(Nota: Desde la publicación de la primera versión de este artículo, también me han contado los ucranianos “en terreno” que Sector Derecho no es el grupo “nacionalista mezquino” que temí, y que están presentes elementos nacionalsocialistas, tradicionalistas y neoderechistas. Esto puede indicar que los voceros del grupo no están completamente de acuerdos con los miembros y/o que no estamos recibiendo información precisa sobre los puntos de vista de Sector Derecho. Naturalmente, estaría encantado de estar equivocado.)

Svoboda fue fundado en 1991 y es uno de los cinco partidos principales en Ucrania. Su fuerza está basada en la Ucrania occidental. Svoboda considera a Rusia como el principal enemigo de la soberanía ucraniana, lo que es obviamente cierto, pero Svoboda no es pro Unión Europea u OTAN. Svoboda es un partido nacionalista populista, que esboza con bastante claridad inspiración en el nacionalsocialismo alemán, pero con una sensibilidad pan-europea de post guerra. Los ucranianos también están bien consientes de que Hitler quería hacer de Ucrania una colonia alemana, no una nación independiente. Oleh Tyahnybok ha sido ampliamente criticado por sus declaraciones anti-semitas, pero nunca se ha retractado. El Congreso Mundial Judío llamó a la prohibición de Svoboda. Los miembros y simpatizantes de Svoboda también extraen inspiración del Tradicionalismo, la Nueva Derecha Europea, y los escritos de Kevin MacDonald. Los miembros y simpatizantes de Svoboda están, por otra parte, entre los más sanos lectores de Counter-Currents.

De todos los partidos nacionalistas, Svoboda es probablemente el más radical y consistente, sin embargo, es también uno de los más exitosos. Merece ser estudiado y emulado. Desafortunadamente, a pesar de una admirable plataforma política, Svoboda se encuentra actualmente comprometida con mantener el artificial estado de Ucrania.

Sin embargo, esa posición podría cambiar. De hecho, Svoboda es el único partido ucraniano que podría apelar a sus principios fundamentales para ratificar la pérdida de Crimea y Ucrania oriental, la amplia intervención rusa hace esto un hecho consumado. Además, dado que la base de poder de Svoboda se encuentra en Ucrania occidental, la pérdida del Este incrementaría su porcentaje del electorado general.

El nuevo gobierno interino en Kiev parece ser tan corrupto como el anterior. La cultura política de Ucrania en su conjunto es una de las más corruptas de Europa, que es la causa del cinismo generalizado. Mientras Svoboda represente los intereses del pueblo y permanezca relativamente al margen de la corrupción-como-de-costumbre, sólo ganarán en futuras elecciones.

Como muchos nacionalistas blancos, admiro a Vladimir Putin porque es un importante contra-peso geopolítico a los Estados Unidos e Israel (bloqueando el camino a la guerra en Irán y Siria), ha tratado de abordar la crisis demográfica de Rusia, y se ve y actúa como un James Bond de la vida real. Pero Putin no es un etnonacionalista. De hecho, encarcela a los nacionalistas rusos y está comprometido con mantener las actuales fronteras de Rusia, lo que incluye a millones de inquietos musulmanes en el Cáucaso.

El interés de Putin en Ucrania es puramente geopolítico. Está jugando ajedrez con la OTAN. Su única preocupación con los rusos de Crimea o los ucranianos pro-rusos en el Este es el pretexto que prevé intervenciones que podrían fortalecer la posición geopolítica rusa a expensas de la OTAN.

Desde una perspectiva nacionalista blanca global, cualquier cosa que debilite a la OTAN y a los Estados Unidos, es algo bueno, pero no puedo aprobarlo si esto entra en conflicto con el principio fundamental del etnonacionalismo. Si, sin embargo, Putin fuera a recuperar Crimea, prácticamente liberando a Ucrania de sus minorías rusas y tártaras y dejando a Ucrania más pequeña, pero más racial y culturalmente homogénea, podría ser un caso de hacer lo correcto por la razón equivocada.

El único poder que absolutamente nada tiene que hacer en Ucrania es Estados Unidos. Los EEUU han estado aplicando una temeraria política exterior anti-rusa desde el colapso de la URSS, incitado en gran parte por judíos consumidos por un neurótico odio a Rusia. Los estadounidenses necesitan despertar y hablar antes de que la misma gente que nos vendió las ruinosas guerras de Irak y Afganistán encienda la mecha de la Tercera Guerra Mundial.

Counter-Currents continuará siguiendo la crisis de Ucrania. Publicaremos artículos por y entrevistas a nacionalistas ucranianos y otros que están en terreno. Como nacionalista blanco, creo en el nacionalismo para cada  nación, y espero que la revolución ucraniana conduzca, finalmente, a una autonomía nacional para todos los pueblos dentro de las actuales fronteras ucranianas. También deseo lo mejor a Svoboda y otros nacionalistas raciales ucranianos, que bien podrían traer un futuro brillante y servir como modelos para otros movimientos nacionalistas europeos. Los nacionalistas blancos en Norteamérica haremos todo lo que podamos para prestar apoyo moral y pelear contra la intervención de Estados Unidos.