Seriedad Moral

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He estado involucrado con la escena del nacionalismo blanco desde el año 2000. Mi experiencia ha sido grandiosamente positiva, pero no del todo. La cosa más dura de tomar no fueron los locos y rufianes, sino la penetrante falta de seriedad moral, incluso entre aquellos nacionalistas blancos mejor informados y con principios. Yo conozco gente que sinceramente cree que nuestra raza está siendo sujeta a una política intencional de genocidio ingeniada por la comunidad judía organizada. Pero, frente a un horror de tal magnitud, conducen sus vidas consumando vanidad, tontería y auto indulgencias.

Yo estoy convencido de que más gente se verá involucrada en nuestra causa si seguimos dos reglas. Primero, cada persona debe determinar su propio nivel de explicitud e involucramiento, y segundo, el resto de nosotros debe respetar tales decisiones. Pero nuestra causa nunca avanzará hasta que los podamos persuadir primero de hacer todo lo que puedan dentro de su propia zona de confort individual determinada, y segundo expandir sus zonas de confort, de manera tal que estén dispuestos a tomar mayores riesgos por la causa. Pero para hacer eso, necesitamos asir el problema de la seriedad moral.

Conozco nacionalistas blancos que correrían una manzana (cuadra) gritando “¡ladrón!” a toda voz si su auto estuviera siendo robado. Pero cuando confrontados con el robo de toda nuestra entera civilización y el futuro mismo de nuestra raza, ellos apenas murmuran eufemismos en las sombras.

Conozco nacionalistas blancos que están informados de la gravedad del Problema Judío, que han visto la toma del poder y subversión de las instituciones de derecha una tras otra por judíos y aún siguen pensando de qué de alguna manera pueden “usar” a los judíos.

Conozco nacionalistas blancos que son completamente conscientes de la corrupción de la organización política, pero igual son enganchados en las campañas electorales. Conozco nacional socialistas correctos que han donado más dinero a los republicanos que al movimiento.

Conozco nacionalistas blancos que gastan 50 mil dólares al año en bebida y bailes eróticos –o 30 mil en cenas- o 25 mil al año en ropa –o 100 mil en una boda, pero amargamente se quejan de la falta de progreso en el movimiento.

Conozco nacionalistas blancos que donan porciones significantes de sus ingresos a iglesias que siguen políticas anti blancas, pero nunca consideran donaciones regulares a la causa pro blanca.

Conozco gente con condenas a la derecha de Hitler que argumentan que nunca debemos decir que estamos luchando por la raza blanca o contra el poder judío, pero que aún piensan que de alguna forma nuestro pueblo querrá seguirnos a nosotros en lugar de a los otros 10,000 grupos conservadores judeoamigables y con ceguera a la cuestión racial.

Conozco nacionalistas blancos que creen que nuestra raza está siendo exterminada, sin embargo insisten que nuestros enemigos “no saben lo que están haciendo”, que se están engañando a sí mismos, que son fundamentalmente gente de buena voluntad, y que todo esto es una especie de fantasmal malentendido.

Conozco nacionalistas blancos que nunca van a admitir odiar a algo o a alguien, incluso con el buitre rasguñando sus entrañas.

Ninguno de ellos está forzado a comportarse de esta forma. Todos ellos están operando dentro de sus zonas de confort autodefinidas. Todos ellos podrían hacer más, incluso dentro de dichas zonas. ¿Entonces porque fallan ellos en comportarse con la urgencia y seriedad moral que es llamada por la destrucción de todo lo que consideramos valioso?

Quiero sugerir dos explicaciones. Primero, en lo profundo de sus corazones, ellos no creen que podamos ganar, por lo que no están realmente intentando. Segundo, y más importante, ellos aún están casados con el modo de vida burgués.

La gente muestra sus verdaderas prioridades frente a la muerte.

El verdadero intelectual valora la verdad por sobre la vida. Sócrates es un héroe para los intelectuales porque forzado a abandonar su filosofía o morir, él eligió la muerte. La mayoría de los intelectuales no enfrentan esta decisión, pero si lo hacen ellos esperan ser capaces de heroísmo también, porque nada revela la fidelidad a la verdad más claramente que una muerte de mártir.

Los verdaderos guerreros valoran más el honor que la vida misma. Leónidas y los 300 son héroes para los guerreros porque enfrentados entre la muerte y el deshonor, eligieron la muerte. Nuevamente, no todo guerrero se enfrenta la decisión de tal forma, pero si lo hace espera que él tenga una muerte gloriosa, porque nada revela fidelidad al honor más claramente que una muerte heroica.

El hombre burgués no valora nada más alto que la vida misma. No hay nada a lo que le tenga más miedo que a una muerte violenta. Entonces, no hay forma de muerte heroica que demuestre la verdadera fidelidad a los valores burgueses. El verdadero intelectual muere mártir. El verdadero guerrero muere en el campo de batalla. El verdadero burgués busca un retiro cómodo y morir en la cama.

Sí, cientos de soldados americanos han muerto peleando por la “libertad”, “democracia”, y dinero para el college. Pero ellos han sido chupados de sus vidas por hombres que creen que no hay nada por lo que valga la pena morir, para que el burgués pueda hacer dinero, jugar al golf y morir en la cama.

Vos sólo tenéis una muerte. Entonces incluso la gente que moriría en la gloria del heroísmo de ser mártires deben elegir ellos mismos cuidadosamente sus batallas y hacer que las muertes cuenten. Sí, tienes que calmarte. Sí, tienes que salvarte. Sí, no puedes vivir cada día como si fuera el último.

Pero estas perogrulladas sirven fácilmente para racionalizacionesde la cobardía. Porque, en cierto punto, tienes que preguntarte a ti mismo para qué te estás guardando. No puedes llevártelo contigo. Y al final, los logros no vienen por salvarse uno mismo sino por gastarse uno mismo. Aquello que no demos, será tomado por la muerte al final.

Pero aun así el entero sueño burgués está basado en evadir la simple, cruel realidad. El hombre burgués busca la eterna primavera y la paz perpetua, un “felices para siempre” en putting greensiluminadas por el sol, libre de elecciones trágicas y grandeza trágica, libres de ideales que pueden perforar su corazón y derramar su sangre.

Pero no podes derribar a un Sistema en el cual estás invirtiendo. No puedes desafiar a los que dominan el mundo y contar en llegar a la edad de jubilación. No puedes pelear con Sauron y jugar seguro. En la cara de un mal aniquilador del mundo, nosotros no podemos permitirnos ser tales hombres.

https://counter-currents.com/2014/04/moral-seriousness/ [2]