Un agujero en el Ser:
Notas sobre la Negatividad

1,336 words

book-transforming-itself-into-a-nude-woman (1) [1]

Salvador Dalí, Book Transforming Itself Into a Nude Woman

English original here [2]

G. W. F. Hegel y su intérprete Alexandre Kojève afirman que la esencia de la conciencia es “negatividad”, que el hombre vive “por fuera de sí mismo”, que el hombre “niega” su naturaleza o es de naturaleza “nihilista”, que el hombre es la “nada” o un “agujero en el ser”, que el hombre es “tiempo que niega espacio”. ¿Qué significa esto? 

Primero, consideremos la afirmación de que el hombre contiene negatividad o ausencia dentro de sí. Imaginen que están sosteniendo una roca. La roca es un objeto natural paradigmático. Un pedazo inerte de materia. Una roca es completa y auto-contenida.  Decir que la roca está auto-contenida es decir que no necesita nada desde afuera de sí en orden de ser una roca. Una planta, en contraste, no está auto-contenida; necesita las cosas por fuera de sí –agua, nutrientes, luz solar- en orden de poder ser una planta. Sin estas cosas, es reducida a una masa de materia inerte, como la roca.

Decir que la planta no está auto-contenida y es autosuficiente es decir que tiene una ausencia o falta dentro de ella; su necesidad es un agujero que debe ser llenado con algo por fuera de ella. La roca, debido a que carece de necesidades, es completamente autosuficiente y auto-contenida, no tiene ausencia dentro de ella.

Otra forma de entender esto es decir que lo que hace a la planta entera yace fuera de su tipo, fuera del espacio que habita y ocupa; lo que hace la planta un todo está literalmente fuera de ella; la planta está por fuera de sí misma, desplazada del espacio físico que ocupa; otra forma de poner esto es decir que la planta es “extática”, esta palabra significa “por fuera”, estando por fuera o al lado de uno.

La roca, por contraste, no es extática; porque carece de necesidad de algo exterior a sí misma para ser completa, todo lo que es yace dentro del espacio físico que ocupa. Para entender la planta como un todo, uno no puede simplemente mirarla, debido a que lo que ella es, no está enteramente en su piel; las cosas que hacen la planta un todo están por fuera de ella, en las necesidades que son satisfechas por el ambiente en el cual se encuentra.

Cuando Hegel/Kojéve afirman que el hombre contiene negatividad y ausencia dentro de sí, ellos quieren decir, primero antes que nada, que el hombre tiene deseos y necesidades, que el hombre no es completamente autosuficiente y auto-contenido. Los seres humanos yacen por fuera de sí, por fuera de su piel, pues es sólo fuera de nosotros que encontramos las cosas que satisfacen nuestras necesidades y nos completan.

A continuación, consideremos las ideas de “negación” y “nihilismo” de la naturaleza. Cuando una planta o un animal encuentran algo del mundo externo que satisface sus necesidades, debe remover la cosa del mundo externo y transformarla e incorpórala en sí mismo. Hegel y Kojéve se refieren a esta actividad como “negación”, digamos, decir “no”.-

Una planta transforma luz solar, nutrientes y agua en algo que no es parte de ella; en efecto dice “no” a ellas mientras son dadas y las transforma en algo que puede usar; dice “no” a su objetividad, a su ser externo y las hace parte de sí misma.

Cuando una vaca se come una plata, dice “no” a la planta como un ser objetivo, externo y lo incorpora a sí misma.

Cuando un humano toma una piedra y la transforma en un pisa papeles o en un ejemplo, decimos “no” a su ser objetivo y externo y lo incorporamos en una red de significados y propósitos humanos.

Ahora, ¿qué quiere decir que el hombre es “tiempo” que niega “espacio”? Para entender esto, debemos apreciar la diferencia esencial entre seres humanos y otro tipo de seres. Todas las cosas vivientes, excepto por los humanos, tienen necesidades que son dadas por la naturaleza y son satisfechas dentro del mundo natural. Los animales puede que digan “no” a una cierta naturaleza dada, pero sólo para satisfacer sus deseos naturales, así que el proceso de la negación es situado dentro de un límite marcado por el orden o la economía de la naturaleza.

Este no es el caso con los humanos. Los humanos tienen necesidades naturales dadas. Pero también tienen necesidades que no son naturales y que no pueden ser satisfechas por la naturaleza. Los humanos, a diferencia de todos los otros seres vivos, pueden decir que “no” a sus propias necesidades naturales –a su naturaleza animal- y a la total economía del mundo natural. Entre las necesidades humanas más fuertes están para la supervivencia física y la propagación biológica. Pero el humano dice que “no” a lo real en nombre de lo irreal o no realizado, de lo ideal o lo idealizado.

Los humanos tienen el poder del lenguaje, la razón, el discurso, la abstracción, la invención, la creatividad, logos –lo que Hegel llama el reino del concepto- lo que les permite crear necesidades, ideales y planes que no están basados en la naturaleza y que no puede ser satisfecha por la misma. Ellas pueden ser satisfechas sólo por la transformación del mundo natural a través del trabajo. Es aquí donde la dimensión del tiempo entra en juego.

Hegel afirma que:

Hombre = Negatividad = Tiempo = Concepto

Decir que el concepto = tiempo es decir que el concepto es un plan, un plano para un proceso de transformación que es dado en el presente hacia lo que es deseado en el futuro. Decir que el hombre = tiempo es decir que el modo único de ser del hombre, el modo único del hombre es negatividad, es la transformación del mundo natural a través de nuestros proyectos. El hombre, por lo tanto, es tiempo que niega.

¿Pero qué quiere decir que el hombre es tiempo que niega espacio? Por espacio, Hegel/Kojéve quiere decir naturaleza,  ser dado, realidad inerte, lo cual está al borde del cambio a la luz de nuestros conceptos y planes. Hegel/Kojéve utiliza “espacio” para designar el ser dado, porque los seres dados, a diferencia de los seres vivos, son completamente auto-contenidos y autosuficientes; porque ellos no necesitan algo por fuera de sí mismos para ser completos, todo lo que hay está dentro de sí mismos en una determinada locación espacial.

Decir que el hombre es tiempo que niega espacio, es, por lo tanto, decir que el hombre es tiempo que niega al ser dado a la luz de sus conceptos y planes. Decimos que “no” a lo que es dado ahora en el hombre de lo no aún, lo que es concebido en la mente y realizado a través de la transformación de la naturaleza dada.

Hay una frase de Jean-Paul Sartre que es citada a menudo por gente que quiere argumentar que la filosofía francesa es toda jerigonza:

El hombre es lo que no es y no es lo que es

En la superficie este parece una especie de sin sentido, pero en realidad tiene un gran sentido Kojeviano.

Decir que el hombre es lo que no es, es decir que los humanos no son sólo pedazos de materia inerte; los seres humanos tienen cuerpos físico-material-animal, pero el cuerpo es simplemente el sitio en el cual una infinidad de potenciales planes y proyectos explotan en todas direcciones, hacia la infinidad de posibles futuros.

Los seres humanos son lo que no son porque ellos viven en sus planes y proyectos, encontrando su realidad dada como incompleta a la luz de las cosas que quieren lograr.

Los seres humanos no son lo que son, es decir, la naturaleza dada dentro de nuestra piel –porque lo que somos es radicalmente incompleto, y puede ser completado sólo al completar nuestros planes y proyectos, y debido a que siempre tenemos planes y proyectos incompletos, los cuales son cortados sólo por la muerte, el hombre siempre es incompleto, un agujero en el ser que nunca puede ser completamente llenado.