Las Notas de Prisión de Codreanu

1,350 words

Codreanu [1]English original here [2]

Corneliu Zelea Codreanu
The Prison Notes [3]
With Julius Evola’s writings on The Iron Guard
Trans. anonymous
Logik Forlag, 2015

Este delgado volumen (128 páginas, incluyendo muchas con fascinantes fotografías) es una lectura obligatoria no sólo para admiradores de Corneliu Codreanu, sino también para admiradores de Julius Evola, porque también incluye todos los escritos sobre Codreanu y la Guardia de Hierro. 

Codreanu (13 de septiembre de 1899 – 30 de noviembre de 1938) era el carismático fundador y líder de la Guardia de Hierro rumana o La Legión del Arcangel Miguel (también conocido como Movimiento Legionario). La Guardia de Hierro era un movimiento fascista en todo lo esencial: nacionalista, racista, tradicionalista, autoritario, aristocrático, militante, anti capitalista, anti comunista, anti semita, y prometedor de un renacimiento nacional a través de una renovación de las más profundas tradiciones del pueblo rumano.

Codreanu afirmaba que los movimientos fascistas apuntaban a la protección y regeneración de tres elementos: fuerza vital (raza), forma (orden político y social), y el espíritu. El Nacional Socialismo Alemán enfatizaba la raza. El Fascismo italiano enfatizaba el orden político. La Guardia de Hierro enfatizaba lo espiritual.

Efectivamente, la Guardia de Hierro era esencialmente una orden militar-espiritual iniciática la cual entró en la política. El régimen ascético de la Guardia de Hierro incluía ayunos y rezos como también entrenamiento militar. La Guardia de Hierro incluso tenía un batallón de tropas suicidas que habían jurado el celibato. Efectivamente, toda la Legión enfatizaba en el auto sacrificio por el bien común.

Imaginen si el NSDAP hubiera surgido de las SS en lugar de al revés y uno tiene un sentido de la Guardia de Hierro. Una mejor analogía, sin embargo, serían los Caballeros Templarios o los Caballeros Teutónicos, porque a diferencia de las SS, la Guardia de Hierro era profundamente y esencialmente cristiana (Rumanos Ortodoxos para ser precisos).

Pero también había un elemento que iba más allá del cristianismo, puesto que los Legionarios estaban dispuestos a sacrificar sus almas como también sus cuerpos. Ellos estaban preparados para incurrir la ira misma del infierno por su patria.

La carrera política de Codreanu empezó en 1923 en oposición a la emancipación de la judería rumana. En noviembre de 1927, él fundó la Legión. Era un grupo joven (la edad promedio era 27) y sacó sus filas en gran parte de estudiantes universitarios y campesinos.

Desde la fundación de la Legión en adelante, la vida de Codreanu era una borrosa actividad. La Legión se tiró hacia la organización comunitaria y la acción política, incluyendo el asesinato ocasional y el pogromo (otro grupo al cual la Legión puede ser equiparada es la orden mística musulmana de los asesinos). La Guardia de Hierro fue prohibida y legalizada. Codreanu y otros líderes legionarios fueron encarcelados e invitados a gabinetes.

Desde 1930, el principal oponente de Codreanu era el Rey Carlos II de Rumania, el rey “fascista”. Carlos es un individuo fascinante aunque repugnante. En 1925, él se fugó con Magda Lupescu, la hija de un farmacéutico judío, que eventualmente se volvió su tercera esposa. Por esto, él fue removido de la línea de sucesión, y en 1927, cuando su padre el Rey Fernando I murió, el trono pasó a Miguel, el hijo de cinco años de Carlos, que gobernó bajo regencia. En 1930, sin embargo, Carlos regresó a Rumania y en efecto llevó a cabo un golpe contra su propio hijo. Instalándose a sí mismo como Rey Carlos II, no gobernó por derecho de sucesión o ley rumana, sino como dictador cuasi-fascista.

Después de intentar apropiarse y contener a la Guardia de Hierro, Carlos finalmente decidió suprimirla. En abril de 1938, había arrestado a Codreanu y a otros líderes de la Guardia de hierro. Codreanu fue condenado traidor en base a evidencia fabricada y sentenciado diez años de trabajo pesado.

Las “notas de prisión” fueron creadas durante este período. En este volumen, ellos ocupan menos de 50 páginas y se paran separados como un trabajo literario. Son un poco más que una nota a pie de página de su trabajo principal Por Mis Legionarios: La Guardia de Hierro. Pero ellos, sin embargo, son una lectura poderosa y necesaria para todos los admiradores de él y su causa.

Codreanu da una voz vivida a su sufrimiento, angustia, y furia, como también a sus luchas por mantener la desesperanza a raya. La soledad de su confinamiento es enfatizada por conmovedoras historias de atención a un cachorro, un ratón, e incluso un saltamontes, con el cual él compartió sus escasas raciones e incluso cuando las moscas y piojos se alimentaban de su cada vez más frágil cuerpo.

Incluso cuando la iglesia lo traicionó y condenó, las notas de Codreanu dan mucho espacio a intensas expresiones de piedad cristiana, particularmente meditaciones sobre la pasión de Jesús, y con justa razón, sus enemigos y sus mentiras y subterfugios utilizados son básicamente los mismos que fueron usados contra Jesús, como también las eventuales consecuencias.

A medida que el estrellato de Hitler iba subiendo, la Guardia de Hierro se volvió más militante, sintiendo que el poder se acercaba. Con miedo de ser depuesto, el Rey Carlos ordenó a Codreanu y 13 de sus otros líderes de la Legión ser asesinados la noche del 30 de noviembre de 1938. Fueron estrangulados y fusilados; sus cuerpos fueron cubiertos con ácido; luego enterrados bajo 7 toneladas de concreto.

El rey meramente manufacturó un mártir. Codreanu se volvió incluso más poderoso en la muerte y los Legionarios inclusive más militantes.

En 1940, después de que Carlos II fuera forzado a ceder el territorio rumano primero a Stalin, luego a Hungría y Bulgaria, fue depuesto y exiliado junto a Magda Lupescu, con quien eventualmente se casó en 1947. Su hijo Miguel volvió al trono, y la Guardia de Hierro bajo el sucesor de Codreanu, Hornia Sima, formaron un Estado Nacional Legionario en una difícil alianza con la cabeza del Ejército, el Mariscal Ion Antonescu, que había sido designado Primer Ministro dos días antes de la abdicación de Carlos.

La Guardia de Hierro usó su poder para ajustar cuentas, rehabilitando a Codreanu y asesinando a sus enemigos. Pero cuando trataron de destituir a Antonescu, ellos fueron derrotados y sus líderes exiliados. Al final, la Guardia de Hierro gobernó Rumania sólo por 131 días. (En 1944, el Rey Miguel arrestó a Antonescu y lo entregó a los soviéticos. Eventualmente fue asesinado. El Rey mismo fue depuesto y exiliado en 1947.)

Hitler seguramente se sintió aliviado por haber demorado las propuestos de restaurar la dinastía Hohenzollern en Alemania después de observar la traición de sus primos en Rumania en 1938 y 1944, sin mencionar el rol de la Casa de Savoy en deponer a Mussolini en 1943.

Los nacionalistas raciales en Europa son tontos en permitir que los sentimientos históricos y principios aristocráticos los unan a los remanentes de las viejas monarquías y aristocracias. Este grupo trans-nacional y anti-nacionalista de mayoritariamente snobs degenerados típicamente no puede sufrir el surgimiento necesario de una nueva aristocracia de sangre y carácter, la cual puede, por supuesto, incorporar los mejores elementos de la vieja aristocracia pero debería abolir su estatus tradicional y prerrogativas apenas sea posible. Estas dinastías han apagado dinastías rivales por la mera ambición. Deponerlos por el bienestar de la raza es un tratamiento mucho más suave de lo que han dado a sus rivales.

Con toda honestidad, la primera parte de Las notas de Prisión que leí fue el apéndice I, que contiene seis artículos sobre Codreanu y la Guardia de Hierro escritos por Julius Evola. Son en gran medida repetitivos, y los últimos dos básicamente repiten los primeros cuatro además de traer nueva información. Evola se encontró con Codreanu una vez en 1938. Aunque Evola no era cristiano, eso no le impidió de impresionarse enormemente por Codreanu como un líder político y espiritual. Evola reporta que era alto y buenmozo, con pelo negro y ojos azules, inocente y sincero, intensamente carismático y abierto, sin embargo completamente con los pies sobre la tierra. (Él personalmente llevó a Evola a su Hotel después de su encuentro.) La cosa más interesante de estos artículos es la intensidad del sentimiento anti-semita que delatan tanto de Evola como de Codreanu. Cada seguidor del Barón como también del Capitán querrá agregar este libro a su biblioteca.