¿Por qué Nacionalismo “Blanco”?

 Edward Wadsworth, Dazzle-ships in Drydock at Liverpool, 1919 [1]

Edward Wadsworth, Barcos Camuflados en el dique seco de Liverpool, 1919

1,198 words

English original here

¿Por qué me llamo Nacionalista Blanco? Como estadounidense de ascendencia europea, mi principal preocupación es la supervivencia de mi raza, tanto en este continente como alrededor del mundo. En cada tierra blanca, más blancos mueren de los que nacen, y nuestro pueblo está siendo reemplazado por no-blancos con altos niveles de fertilidad. Si estas tendencias no son revertidas, nuestra raza se extinguirá. Como ya he argumentado [2], la mejor forma de salvar a nuestra raza es crear patrias homogéneamente blancas, con políticas de pro-natalismo y pro-eugenesia. Y esto quiere decir que la raza debe ser la base para definir quién pertenece a nuestra nación y quién no. Por lo tanto Nacionalismo Blanco.

Ahora, consideren las alternativas: nacionalismo cívico, el cual define a la nación legalmente, nacionalismo de credo, el cual define a la nación en términos de un sistema de creencias común; nacionalismo lingüístico o cultural, el cual define a la nación en términos de una cultura o lenguaje compartido; y etnonacionalismo, el cual define la nacionalidad en términos tanto de descendencia y cultura común. La supervivencia blanca necesita una separación política de los blancos con las otras razas. Pero las formas cívicas, religiosas y culturales-lingüísticas no discriminan entre blanco y no-blanco, puesto que las diferentes razas comparten ciudadanía legal, creencia o lenguaje y cultura. Por lo tanto, estas formas de nacionalismo son parte del problema, no parte de la solución.

¿Pero qué hay del etnonacionalismo? ¿Cómo es este un vehículo inadecuado de supervivencia blanca? Pienso que el etnonacionalismo usualmente es un buen vehículo, pero tiene ciertas limitaciones importantes. Por lo tanto, me llamo a mí mismo etnonacionalista, pero con ciertas calificaciones.

Primero, en los EEUU y en otras sociedades ex coloniales europeas, las identidades étnicas del viejo mundo son increyentemente irrelevantes a medida que los diferentes stock se mezclan en una identidad genérica blanca. Generalmente, cuando un estadounidense se identifica a sí mismo como descendiente de irlandeses o italianos, es simplemente porque tiene un apellido italiano o irlandés. Pero conozco muchos italo-americanos que son más irlandeses que italianos y vice-versa. E incluso dos estadounidenses que tienen ancestros italianos o irlandeses no mezclados aún tienen más en común el uno con el otro en términos de lenguaje, cultura e incluso dieta que cualquiera de ellos con los italianos o irlandeses del mundo antiguo. Así tiene sentido hablar simplemente de una identidad blanca genérica o una identidad europea-americana.

Segundo, las sociedades coloniales desde el comienzo involucraron distinciones raciales entre colonos europeos e indígenas no-blancos. En algunos casos, los esclavos africanos y culis del sur y del este de Asia fueron introducidos a la mezcla. En tal ambiente, es natural que los blancos no vean diferentes naciones y tribus (aztecas, mayas), sino simplemente diferentes grupos raciales (indios, negros, etc.), y es igualmente natural para los no-blancos ver a los diferentes europeos de diferentes orígenes nacionales como simplemente blancos. Efectivamente, en el contexto de la polarización y lucha racial, cuando los blancos deben presentar un frente unificado, los remanentes de las viejas diferencias étnicas del viejo mundo son dañinos para los intereses blancos.

Tercero, dentro de Europa misma, el simple nacionalismo étnico no es siempre suficiente para asegurar pequeños o amplios interés raciales. Es perfectamente natural, normal, y correcto que los individuos y las naciones se hagan cargo de los suyos primero. Y cuando los cuerpos multinacionales o imperios multiétnicos como la Unión Europa trabajan contra los intereses étnicos de pueblos específicos, entonces el “pequeño” nacionalismo de Escocia o Hungría o Polonia es enteramente legítimo. Sin embargo, cuando el pequeño nacionalismo étnico o imperialismo lleva a guerras entre naciones europeas, o previene respuestas europeas coordinadas a amenazas comunes, entonces el sentido más amplio de una solidaridad racial pan-europea se vuelve necesario para asegurar la supervivencia y el florecimiento racial.

Cuarto, ahora que Europa está siendo colonizada por no-blancos, el proceso colonial de polarización racial está tomando también lugar. Negros, árabes, y asiáticos del sur en Europa no ven franceses, ingleses y alemanes. Simplemente ven hombres blancos. Y nosotros simplemente vemos negros y marrones. Nuestras diferencias para ellos no importan, y sus diferencias no nos importan a nosotros. Mientras que las tenciones raciales incrementan en Europa, nuestra gente se dará cuenta que no están siendo atacados como franceses o alemanes, sino simplemente como blancos. Y cuando los europeos resistan el reemplazo étnico, ellos increyentemente consideraran a su raza su nación y su piel su uniforme. Entre más pronto nos veamos como blancos, unidos por desafíos y enemigos comunes, compartiendo un origen y destino común, más pronto seremos equivalentes a los desafíos frente a nosotros.

Quinto, aunque ser francés o español es sobre mucho más que simplemente blancura genética, ser blanco es todavía una condición necesaria para pertenecer a cualquier grupo étnico europeo, y simplemente agregando ese requerimiento al proceso de naturalización de todos los estados europeos tendría implicaciones revolucionarias.

Pero así como soy un etnonacionalista bajo la condición de que sea calificado bajo una solidaridad racial blanca amplia, también soy un Nacionalista Blanco bajo la condición de que esto preserve en lugar de socavar distintos grupos étnicos blancos. Un sentido amplio de solidaridad pan-europea nunca debería volverse una excusa para la unificación política y la homogeneización étnica y cultural de Europa. Así apoyo plenamente el deseo de diferentes pueblos europeos de preservar sus diferencias biológicas y culturales. El mejor vehículo para esto es la creación de tierras soberanas homogéneas para todos los grupos étnicos europeos. El mejor vehículo para asegurar los intereses pan-europeos es una alianza o federación de estados soberanos. [3]

Dentro de las sociedades coloniales como EEUU, ¿acaso la emergencia de una humanidad genérica blanca implica un solo estado blanco? No necesariamente. La unidad étnica de los estadounidenses blancos ciertamente no se opondría frente a tal estado. Es perfectamente concebible que los EEUU se vuelvan una sociedad homogéneamente más blanca mientras mantiene sus fronteras presentes simplemente al remover su población no-blanca.

Pero los Nacionalistas Blancos no deberían tener compromisos previos de mantener algo tan arbitrario como las fronteras de los EEUU y Canadá. Nuestro único objetivo absoluto es la preservación racial blanca. ¿Por qué medios? Por todos los medios que sean necesarios. Así si la oportunidad surge de qué estados o regiones se separen de los EEUU, quizás posible por el colapso del gobierno federal o la economía nacional, los Nacionalistas Blancos deberían apoderarse de ellos.

Esto es porque he recomendado tanto las novelas de Harold Covington como un estímulo y una guía para pensar sobre como una patria blanca puede emerger. No pienso necesariamente que los escenarios particulares de Covington ocurran. Nuestra habilidad de predecir y controlar eventos es muy limitada. Así, en lugar de invertir una gran cantidad de imaginación en elaborar un solo diseño que probablemente nunca ocurra, deberíamos explorar un gran rango de escenarios posibles, así que sin importar que nos envíe el destino, podemos siempre darlo vuelta ventajosamente.  Nuestro objetivo metapolítico no es simplemente hacer al Nacionalismo Blanco deseable, sino volver las patrias blancas un resultado concebible en un set amplio de diferentes circunstancias. El único objetivo fijo es la creación de patrias blancas. En todos los otros asuntos, deberíamos ser despiadadamente pragmáticos.